Sigilosamente, con una apariencia indefensa, hermosa e hipnótica, se acercan a ti; y tú, que disfrutas alegremente de tus vacaciones y no eres consciente de lo que se cierne sobre ti, chapoteas ajeno en el agua. Y de repente, como de la nada, un dolor.
Sí, medusas, esos hermosos seres marinos a los que tenemos un temor desmesurado (a la par que justificado). Todos tenemos miedo a las abejas y sus aguijones, a las avispas y sus mandíbulas, a las medusas y sus…. Espera, ¿Cómo pica una medusa?
Las medusas son unos animales invertebrados pertenecientes al filo de los cnidarios. Su cuerpo está formado por la umbrela (esa parte con forma de campana), de la cual, por dentro pende el manubrio, lugar por el que se alimenta; además, tiene tentáculos rodeando toda la base de la umbrela.
Y en estos tentáculos, este animal que nos genera sentimientos tan enfrentados, tiene un tipo especial de células que se llaman cnidocitos o cnidoblastos. Estas células tienen una cápsula dentro donde albergan un filamento con espinas, que también es urticante por ser hemolítico y miolítico, esto es, que mata a las células de la sangre y a la de los músculos. Estas células tienen, cerca de la apertura por donde saldrá el filamento, una flagel que capta estímulos mecánicos (o sea, si algo toca el tentáculo), y desencadena la “picadura”. Cuando tocas el tentáculo, que está lleno de estos cnidocitos, los flagelos abren la célula, y como si se tratara de un cañón, disparan el filamento con espinas que entran en contacto con la víctima y le causa los daños (dependiendo de la especie medusa, puede ser que no cause daños, o que te mate).
Y así es como tenemos a una víctima quejándose, tocándose la zona herida, maldiciendo a este precioso animal invertebrado y acudiendo al puesto del socorrista más cercano. Y ahora, lectores de Efecto Paraguas, toca alardear de que sabéis cómo se produce la picadura de estos animales tan peculiares.